Cuando un niño presenta problemas en la lecto-escritura, una de las causas puede ser que no se le da la importancia necesaria a la estimulación de la motricidad fina desde su primer mes de vida, la cual se refleja posteriormente en movimientos de mayor precisión que son requeridos especialmente en tareas donde se utilizan de manera simultánea el ojo, mano, dedos como por ejemplo: rasgar, cortar, pintar, apilar objetos, colorear, enhebrar, escribir, y que permiten al niño ejercitar su vista al momento de leer (seguimiento visual de izquierda a derecha, y de arriba abajo), clave para la adquisición de aprendizajes.
La coordinación motora fina es toda aquella acción que compromete el uso de las partes finas del cuerpo: manos, pies y dedos. Se refiere más a las destrezas que se tienen con dichas partes en forma individual o entre ellas, por ejemplo, recoger semillas con los dedos de la mano o pañuelos con los dedos de los pies. |
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